miércoles, 12 de septiembre de 2018

El Pósito de Castillo de Locubín, próximo museo del escultor ceramista Pablo Rueda.



La construcción de este singular edificio sobre los antiguos solares del barrio de “Casas Caídas” se remonta a la segunda mitad del siglo XVIII en el marco de los pleitos de independencia que mantenía la villa de Castillo con la jurisdicción alcalaína, siendo corregidor de Alcalá la Real don Vicente de Saura y Saravia.
Diseño y obra del arquitecto alcalaíno Antonio Martín de Espinosa de los Monteros comienza a construirse en el año 1787, en contra de los intereses jurisdiccionales alcalaínos y con algunos problemas constructivos que surgieron en la obra, junto al alcalde pedáneo y alarife castillero Francisco Roldán y Vicente González. Obra de gran solidez fue partida en dos para la instalación de las escuelas en la segunda mitad del siglo XIX. Disponía de una amplia puerta de entrada y sólidas columnas que sostenían la salas de almacén de grano y las paneras. Durante la guerra civil se habilitó una de las tres cárceles existentes junto a la de la Iglesia y la comandancia roja,antiguo cuartel de la Guarda civil situado en la calle Condesa de Humanes.
El Edificio del Pósito jugó un papel fundamental en el abastecimiento de grano a la población no sin mencionar los desfalcos que tuvieron lugar a lo largo de su existencia, pues durante la Guerra de Indepencia, se vivieron auténticos problemas de desabastecimiento y crisis de subsistencia ante las requisas efectuadas por los soldados franceses.
Próximamente sus bajos albergarán el museo del escultor ceramista Pablo Rueda Lara.


domingo, 1 de abril de 2018

Escuela de Doña Amalia de Ocete Azpitarte y Doña Concha (Década de 1930). Castillo de Locubín.



Escuela de Doña Amalia de Ocete Azpitarte y Doña Concha (Década de 1930). Castillo de Locubín.

"La procesión la de todos los años, cuatro chiquillos y otras tantas beatas y el Ayuntamiento.
Doña Amalia me aprecia bastante. Cuando llega alguna visita se convierte en “gata de camaranchón”; pero cuando yo voy me hace estupendamente los honores. Estuvimos charlando de Literatura y me dijo que las novelas de Blasco Ibáñez no se pueden leer ni las de ningún autor protestante. ¡Teresiana!"

Federico Parera. Marzo de 1931.