martes, 1 de noviembre de 2016

"Entre el río y el Salado el tesoro del rey moro está enterrado"




Boceto de la tradición castillense "Entre el río y el Salado el tesoro del rey moro está enterrado. Escrito por Federico Parera Castillo en 1930.

"Entre las pintorescas huertas del pago de la "Isla" supone la tradición que está enterrado el tesoro del rey moro granadino Alhamar. Al entregar Castillo los nazaritas, baluarte avanzado de Alcalá la Real, dejáronse enterrados, no se sabe como, un magnífico tesoro compuesto de lingotes de oro y de plata y quizás algunas piedras preciosas. Corrobora el hecho que se han hallado vestigios de fundición de plata y algún polvillo de oro que prueba la existencia de minas de metales preciosos, minas que fueron cegadas antes de dejarlas caer en manos de los cristianos. Explicado esto diremos como fue casualmente encontrado y luego perdido".

M. Gallardo Pulido.

lunes, 17 de octubre de 2016

ENTREVISTA | Leandro Álvarez Rey "La represión franquista en Andalucía fue un genocidio"



ENTREVISTA | Leandro Álvarez Rey

"La represión franquista en Andalucía fue un genocidio"

JUAN MIGUEL BAQUERO

http://www.eldiario.es/andalucia/represion-franquista-calificada-Andalucia-genocidio_0_558894601.html

Genocidioexterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad.
La definición del término es tan clara (según muestra el diccionario de la lengua española) como la deriva terrorista de los rebeldes tras el golpe de Estado del 36. Una matanza que dejó a España, todavía, convertida en la segunda mayor fosa común del mundo con más de 150.000 desaparecidos forzados. Un tercio yace en suelo andaluz. "La represión franquista puede ser calificada, en Andalucía al menos, como genocidio", anota en una entrevista para  eldiario.es/andalucia el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Sevilla, Leandro Álvarez Rey.
Dice que los sublevados, o una gran parte, no esperaban una guerra civil.
Preparar una guerra no lo querían ni los más conspicuos conspiradores de julio del 36. Buscaban algo que casi forma parte de la historia de España, un golpe de Estado y la intervención de los militares. Pero saben que encontrarían resistencia y debían extremar la fuerza, que el alzamiento fuera intenso, cruento… en realidad la guerra civil es un empate.
¿Un empate?
Ni el Gobierno (de la Segunda República) tiene fuerza suficiente para aplastar la sublevación en todos los lugares donde se ha producido ni los rebeldes la tienen para que el levantamiento triunfe en todas partes. Esa situación de empate desemboca en una guerra civil.
Es evidente que al final hay desempate. ¿Qué vuelca la balanza?
Lo que tumba esa situación es la llegada de tropas de África y la ayuda de la Alemania nazi y la Italia fascista. Por Cádiz entran dos banderas de la Legión y tres tabores de regulares, unos 3.000 hombres bien adiestrados, aguerridos, que siembran de terror amplias zonas de Andalucía, apoyados por falangistas y requetés, con las tácticas de violencia extrema ya utilizadas en la guerra del Rif.
¿Y por qué esa necesidad rebelde de apelar al terrorismo?
El terror es una necesidad cuando eres consciente de que los más no están contigo. No era un objetivo, era un medio. En lugares donde se asesina a gente de derechas, la represión contraria es absolutamente desproporcionada. ¿Por qué? Esto radiografía la estructura de los pueblos andaluces y, no nos engañemos, es lo que está detrás de la guerra civil: impedir las reformas que la República intentó poner en marcha. El viejo orden que la República amenazó, el de los poderosos sobre los débiles, un mercado laboral donde la única ley era la ley del amo.

No ha dicho propietarios o terratenientes, dice 'amos'.
A veces no nos damos cuenta de esos detalles. Cuando hablamos de las relaciones sociales y laborales en el campo andaluz no son patronos y trabajadores. Hablamos de amos y jornaleros. Eso lo sitúa en otro nivel.
Y todo deja, tras el alzamiento militar, una Andalucía partida en dos.
Casi hasta el final de la guerra y como escenario de una brutal represión. Asesinatos, expolio, presos… condenar a los sectores más pobres y necesitados de la sociedad andaluza a una supervivencia prácticamente imposible. Hay que remontarse muy para atrás para ver una catástrofe de esa magnitud. Ni siquiera la ocupación francesa a comienzos del siglo XIX dejó ese resultado en Andalucía.
¿Qué cifras maneja?

Unos 54.000 andaluces asesinados por la represión franquista, cifra que aumentará cuando culminen estudios en algunas provincias. Y 8.743 víctimas de la represión en zona republicana. Como comparación, el Chile de Pinochet se llevó por delante la vida de 3.000 personas y en Argentina se calculan en torno a 30.000 desaparecidos. La represión franquista puede ser calificada, en Andalucía al menos, como genocidio. Uno de cada cinco diputados electos fue asesinado, hay decenas de miles de procesados y muertos en combate, en prisión o trabajos forzados, otros 40.000 condenados al exilio o afectados por la labor depuradora… y en todo este proceso las mujeres fueron un sector de la población especialmente castigado. Muchas fueron vejadas, violadas e incluso asesinadas.
¿Hay figuras representativas de la comisión sistemática de delitos contra la humanidad?
Queipo de Llano, Díaz Criado, Cascajo en Córdoba, Haro Lumbreras en Huelva, fulano en Granada… en cada provincia. Son los que practican la ‘limpia’.
Queipo sigue enterrado en una iglesia, ¿qué le parece?
Mi opinión es muy radical: en su casa uno puede tener lo que quiera. Y que yo sepa, la Basílica de la Macarena pertenece a la Hermandad de la Macarena. Aunque suscite rechazo, hay que distinguir entre el espacio público y el privado. Pero lo normal sería que a estas alturas la Hermandad de la Macarena considere que no está bien mantener a cualquier personaje bajo cuyo mandato se han cometido estos crímenes.
¿Es una muestra del denominado 'franquismo sociológico'?
Quien crea que el franquismo se sostuvo en España durante 40 años gracias al apoyo del Ejército al general Franco es que no se ha enterado del país en el que vive. En España existe una gran masa de población que por razones culturales, religiosas o las que sean vivió muy a gusto y se sintió muy identificada con lo que fue el régimen franquista.
¿Las administraciones públicas deben ser taxativas con la parafernalia simbólica del fascismo?
Lo que se pueda corregir y resulte ofensivo, para los descendientes de las víctimas y cualquier persona con cultura y valores democráticos, se debe ir restringiendo. Incluso por la fuerza. Ahora, si en mi casa quiero tener un retrato de Franco, ¿quién es el Estado para impedirlo? Es una labor de educación social, no sólo de imposición.
¿Y ha sido la educación una herramienta de la desmemoria?
Sí. A veces el problema radica en el tipo de historia que se explica. De acontecimientos, fechas… la historia tiene otra función además de recordar el pasado: educarnos en nuestro propio presente.
¿Incluso en las facultades?
Es que además la historia no es algo que se transmita solo en las aulas, también se trasmite en el seno de las familias, en el callejero, en las plazas… es todo lo que nos rodea. Y si la que se pretende mantener es aquella que ensalza a los golpistas frente a los que defendieron el régimen legítimo de su país, poco puedes hacer en un aula.
¿Por esto España es la segunda mayor fosa común del mundo?
Que sea un país con una situación así, que haya un personaje como Queipo enterrado en una iglesia, estatuas dedicadas, calles… No debemos olvidar que en países como Italia el fascismo desapareció en 1944, en Alemania y Japón en 1945, y en España el general Franco duró hasta la época que lo hizo. Durante 40 años se consolidó una memoria de los vencedores que incluso, creo, llegó a calar entre los propios descendientes de los vencidos.

domingo, 16 de octubre de 2016

Cuardeno nº 36 del Portfolio fotográfico de Andalucía

Un vistazo al cuaderno nº 36 del Portfolio fotográfico de Andalucía, fechado entre 1911-1915. Con información y fotografías de las poblaciones jiennenses de Alcalá, Castillo de Locubín, Frailes y Alcaudete.

M. Gallardo.

https://www.youtube.com/watch?v=U_lhE3dYbjs

jueves, 13 de octubre de 2016

FEDERICO CASTILLO EXTREMERA. BIOGRAFÍA Y TRAYECTORIA.



FEDERICO CASTILLO EXTREMERA

Moisés Gallardo Pulido

Antepasados liberales: la lucha contra la oligarquía.


"En cuestión de árboles genealógicos es más seguro andarse por las ramas que atenerse a las raíces" Jacinto Benavente.

Médico de profesión fue uno de los personajes más célebres de su tiempo en las localidades de Castillo de Locubín y Alcalá la Real así como en el resto de la provincia. Pero fue en la capital donde se dejó sentir su labor y compromiso social no solo como médico sino también política y culturalmente. Nació en Castillo de Locubín el 9 de abril de 1875. Sus padres, Manuel Castillo Cortés y Flora Extremera Parera, eran modestos comerciantes. Por línea materna Federico desciende de una familia castillera de políticos liberales que tuvieron su protagonismo a partir del segundo tercio del S. XIX: los Parera y García-Negrete. Su abuela materna, Francisca de Paula (“Tía Paca”), era hermana de Santiago Parera Fernández, alcalde liberal durante la Regencia de María Cristina que acabó siendo asesinado por sus oponentes políticos días antes de la celebración de las elecciones municipales de finales de julio de 1839.

Estos hechos tuvieron lugar poco antes de la firma del Convenio de Vergara por el que finalizó la guerra civil entre liberales y absolutistas. Se habló de 5000 reales de vellón. Cifra que pagaron sus adversarios políticos para matarlo. Según la  “opinión pública” el crimen de Santiago Parera fue consecuencia de la “división acalorada que había entre los partidos políticos de esta población, y del pleito que mantenía el Ayuntamiento con una serie de vecinos por la cuestión del arrendamiento de las tierras de Propios”, entre ellos Santiago. Aquellas facciones eran dos: el partido del Vicario (Francisco Manuel de Abril y Mesa) o de los Álvarez y el partido de Santiago o del progreso.

A raíz de aquel suceso se inició la famosa “causa”. Tomemos como referencia la declaración de “tía Paca” el 7 de julio de 1839: “Que estando en la noche de antes como a las 9 o cerca de ellas en la casa, calle de Siles, donde vivía su hermano D. Francisco Santiago Parera, dándole de mamar a un niño de éste (Federico Parera Rico), salió el mismo su hermano a la calle y a muy pocos momentos se oyó el tiro muy de cerca por lo que asustada fuertemente la mujer e hijas del referido Parera, así como la declarante, por cuanto como ha dicho acababa de salir, la que habla no pudo menos que soltar el niño y salir la primera por el sitio del Cubillo y al llegar cerca de la esquina que está frente a unas piedras de molino, hacia el rincón de la casa de Juan Martínez de Terroba, vio al referido su hermano D. Santiago tendido boca abajo, lamentándose de que le habían matado, sin nombrar a persona alguna, por cuya razón la exponente volvió al punto de dicha esquina y se subió por la calle llamándose del Cubillo, con ánimo de dar parte a la justicia; y efectivamente entrando en la casa del Escribano Francisco Álvarez Izquierdo, allí estaban con este el Sr. Alcalde 1o Jerónimo de Anguita y demás individuos del Ayuntamiento, ante los cuales refirió lo que pasaba, y por consecuencia pasó el dicho Alcalde con el escribano y otros auxiliares al sitio, y no estando allí ya el expresado su hermano fueron a su casa donde también llegó la que habla(...)” Al año siguiente Rosalía Rico trataba de precisar quiénes eran los responsables del asesinato de su marido: “Que asesinado mi difunto esposo e ignorándose quien fuera el autor y cómplices de tan horrendo crimen, deber era y muy sagrado de su viuda e hijos adquirir noticias y datos que patentizaran aquel crimen; y con efecto ha llegado a entender que Adriano Álvarez y Francisco de Lara, alias Botijo, fueron los causantes de aquella desgracia según se asegura de público y notorio, que éste último fue el que disparó el tiro y que a pesar de que para encubrir su crimen anuncia o se ha dejado decir que en aquel día y anteriores se hallaba en un Cortijo término de Baena, y que lo justificará con un pariente suyo, y otro dependiente de su amo Don Francisco Utrilla, vecino de Alcalá la Real, esta evasiva no podrá ocultarse de la severidad de las leyes por cuanto se asegura en esta villa que Antonio Cadete vecino de la misma lo vio en el sitio del Palomar de este término el día antes de la desastrosa muerte de mi marido, y que en la tarde que precedió a ésta lo vieron hablar con Antonio Manuel Collados, alias Cimitoque, de esta vecindad, quien presenció también haberlo visto comer pan con aceite y vinagre con Antonio Castillo o sus hijos en la Noguera que tiene éste último al sitio del Pedregal de este término según se acreditará por la declaración que les hizo el Cimitoque a Juan Navas Almirón y a José de la Chica de esta vecindad. También ha llegado a entender que las hijas de éste José de la Chica oyeron decir al Padre y a la mujer de Francisco de Lara, alias Botijo, que si a su hijo o marido lo prendían por este acontecimiento, él revelaría las personas que habían matado a mi difunto marido Parera. También ha llegado a entender que Ignacio Fernández de esta vecindad, vio a Adriano Álvarez después de haber el tiro que hirió de muerte a mi expresado marido en no se qué sitio ni con que personas, ni en que traje; y como que esta indicación pudiera contribuir al descubrimiento del crimen, de ahí la razón que me mueve a verificarla. También he averiguado que una tal Polonia, criada o sirvienta de Don Juan Martínez de Terroba, de esta vecindad, se hallaba sentada en el tramo de las puertas de su casa cuando vio pasar por ella a un labrador que habita en la casería del Caño de esta villa, y que un poco tiempo después se le disparó a mi marido el tiro que le causó la muerte por dos hombres que había situados a dos o tres varas de aquella puerta, de donde se infiere que la enunciada Polonia debe saber quiénes eran los agresores. Últimamente he podido averiguar que Ana Montoya de esta vecindad le había manifestado a mi difunto esposo tres o cuatro días antes de su fallecimiento que viviera con cuidado porque lo iban a matar; y en la noche que se hallaba espirando compareció ésta a mi casa y le decía a mi marido, ¿no se lo decía a usted?. Esta indicación puede servir también para que manifieste la Montoya si es cierta la indicación y en caso afirmativo que datos tenía para haberlo asegurado; y como se ha discurrido tanta variedad sobre estos tristes acontecimientos y autores que los motivaron; se ha dicho también de público que Joaquín Álvarez, vecino de Martos, le había referido a Dionisio Roldán de esta villa, que un tal Azabache, vecino de Castillo, había pasado a Martos en busca de uno que quisiera matar a Don Santiago Parera, mi esposo, por el premio de cinco mil reales de vellón, y que la persona a quien habló para ello era conocida del Joaquín Álvarez y le había contestado que no estaba dispuesto a ejecutarlo.
Lo que también es positivo y no admite la menor duda, es que el referido Azabache es desertor de presidio, y está mandada ejecutar su prisión por la Sala; y como que se encuentra casado con una sobrina del Vicario D. Francisco Manuel Abril y Mesa, y por esta razón se le ha dispensado tanto patrocinio en estos días que han ocurrido antes del pronunciamiento, de que el que se haya paseado impunemente y contribuido tal vez en gran manera a la perpetración de tal delito.
También se dice de público que eran seis los coaligados para asesinar a mi difunto esposo. A saber Adriano Álvarez, y Francisco de Lara, alias Botijo, de que llevo hecha referencia, Don Bruno González, Presbítero y el ya referido Azabache y Domingo de Zafra, cuñado del Álvarez, y otro cuyo nombre y apellido ignoro, todos vecinos de esta villa; los cuales se apostaron en tres grupos de a dos hombres cada uno, y en distintos sitios a esperar a mi marido y a matarlo; y que teniendo el Azabache una siega del destajo a las cinco de la tarde a pesar de la prisa que corría el derribo de las mieses según lo presenciaron y declararán Dámaso Villén, y Juan José López, vecinos de esta villa, y no regresó a él hasta después de haber transcurrido seis u ocho días. Esta retirada del destajo a hora tan intempestiva es bastante sospechosa si se atiende a las indicaciones que van hechas anteriormente sobre el mismo, y a que se le vio también salir del pueblo a las tres de la madrugada y de la noche en que asesinaron a mi esposo, según lo ha referido Tomás Contreras, alias Pona, de esta vecindad, y a que se halla también inculcado en la causa sobre y golpes a Don Ramón Hidalgo de esta vecindad, patriota bien conocido y a quien quisieron matar por sus opiniones antes que a mi marido. Últimamente he sabido que la mujer de Serafín Sánchez, de esta vecindad, oyó decir a Juan Izquierdo, alias Cortigeño, Alguacil ordinario que ha sido en este pueblo y sirviente de los Álvarez al tiempo que sucedió la muerte y en la actualidad, le oyó decir, repito, a los pocos días de aquel infausto acontecimiento, cuya memoria me hace derramar lágrimas y me llena de pena el corazón, que trabajarán, que muy claro estaba el suceso, y la persona que había ejecutado la muerte(...)”.

Los juicios entre las dos partes no se acabaron hasta bien entrada la década de los cincuenta del siglo XIX. Sin duda una “coyuntura” (como casi todas) llena de pasiones, de emociones e irracionalidad. Esta problemática no se debe tanto de interpretar como un encono político entre dos familias (sin descartar el familismo que hubo en el escenario político) sino más bien como una lucha por el poder entre dos facciones (con sus clientelas) de carácter local. Sin duda se trata de las dos versiones fundamentales del liberalismo político, que tras la muerte de Fernando VII en 1833 y bajo la denominación genérica de moderados y progresistas, van a encarnar la dialéctica dominante entorno al sistema político. La versión moderada y doctrinaria será la dominante entre 1833 y 1874, en detrimento del liberalismo progresista que será protagonista en las coyunturas de 1835-37, 1840-43,1854-56 y 1868-73. El carlismo también tuvo eco en nuestro pueblo, primero en la figura del último Vicario eclesiástico, Francisco Manuel de Abril y Mesa, y luego, en su sucesor y ahijado Manuel Peinado Álvarez y finalmente en el hijo de éste, Don Rufino Peinado y Peinado, hombre de una profunda erudición, sentido crítico y gran humanidad. Aunque hubo carlistas, éstos apenas tuvieron incidencia. Con gran lucidez describe Don Rufino la situación política de Castillo durante la segunda mitad del s. XIX y, en concreto, la posición de su padre, adalid de la causa carlista: “A mi inocente padre no se le cocía el puchero hasta no verse alcalde de Locubín. Lo malo para el logro de su apetencia de mando, es que el campo de la política local estaba tomado por los Parera y García-Negrete con librea de liberales, y por nuestro tío Don Adriano con la etiqueta moderada y conservadora; sólo una tercera postura podría brindar posibilidades para alcanzar la vara(...) les guiaba una feroz enemistad hacia el tiranuelo del pueblo, aquel gran figurón que fue nuestro tío Adriano(...) Gran personalidad, terrible personalidad la de mi tío abuelo, a quien su hermana- mi abuela paterna, María Álvarez Izquierdo- odiaba con todas las veras de su alma, tan violentamente, que aquella boca, ensarta rosarios, no temió decir: Quisiera menear la sangre de mi hermano en un caldero, como meneo la sangre de los cochinos de la matanza(...) El tremendo don Adriano era capaz de todo”.(Rafael Álvarez de Morales y Ruíz, Recuerdos de un carlista andaluz, un cruzado de la causa. Instituto de Ha de Andalucía, Córdoba, 1982 ).

La dinámica política castillera, a partir del segundo tercio del s. XIX e incluso hasta después de 1891, estuvo presidida de principio a fin por el caciquismo y la corrupción electoral organizada. El engranaje de la maquinaria caciquil ya funcionaba a pleno rendimiento en la década moderada. En el año 1845 un conjunto de electores se quejaba ante el Jefe Superior Político de la provincia por la situación de violencia política y las estrategias de acción y fraude electoral del grupo de los moderados : “Los exponentes para ejercer el derecho que la ley les concede no tienen seguridad personal Sr. Jefe: la voz pública aconseja muy alto las precauciones que deben tomarse para evitar en los días de la Elección escenas de horror y de sangre; no ejecutados por los que hablan, cuya prudencia les aconseja a reducirse a tolerar los insultos y tropelías que cometan sus contrarios; sino por parte de éstos que se hayan preparados según ellos mismos propalan para hacer un escarmiento (ésta es su expresión), con el primer Elector que se presente a emitir libremente su sufragio en contra de los deseos de aquellos hombres. Es poco cuanto puede referirse a V. I. de las escenas sucedidas en esta Población de pocos días a esta parte con motivo de las Elecciones; y bastará decir para que V. I. se penetre de que la Elección no será nunca el producto de las convicciones de la mayoría de estos electores si se obliga a los exponentes a retirarse de ella; que el mismo Alcalde como autoridad unido a los citados Álvarez, hace a los electores presentarse en sus casas donde les amenazan hasta con la muerte sino les conceden el sufragio a favor de sus deseos o se comprometen a no votar para que no puedan tener oposición los candidatos que presentan (Castillo de Locubín, a 28 de Octubre de 1845)”.


Durante el reinado de Isabel II la oligarquía agraria castillera apostó por un liberalismo no radical que le permitió garantizar y fortalecer su acceso y control de los mecanismos de reproducción económica y dominación social. De las dos ideologías que prevalecieron, progresismo y moderantismo, fue este último el que se impuso. Los moderados llevaron a cabo unas férreas soluciones autoritarias, de control social y político (violencia, patronazgo y clientelismo) con el fin de impedir la “derivación revolucionaria”. En cambio, los progresistas defendieron, para la estabilidad política, la no marginación y la no exclusión: la integración de la clase media (profesiones liberales) y popular en el sistema con el fin de evitar “actos de rebelión” por parte de estos grupos. Sin embargo, en más de una ocasión las autoridades de Castillo de Locubín y Alcalá la Real acusaron a los hermanos José y Federico Parera Rico de delito de rebelión y desacato a las autoridades, alegando ser personas “díscolas, demócratas, republicanos, revolucionarios, de ideas avanzadas”.

Con la llegada de la Restauración se pone de manifiesto la continuidad de las mismas familias políticas en el Ayuntamiento. Los viejos políticos isabelinos se sucederán ahora en el poder a través del “turno pacífico” y bajo la denominación genérica de conservadores y liberales. Los más destacados representantes políticos del Sexenio Democrático (1868-1874), Ramón García-Negrete Mariscal, su hijo Carlos y Federico Parera Rico, así como sus más directos familiares, sufrieron amenazas y persecuciones por parte del grupo de los alfonsinos y carlistas. Un buen ejemplo fue el suceso de los hachazos de la puerta de la casa “Federico Parera” ocurrido poco después de la proclamación de Alfonso XII como rey por el general Martínez Campos en Sagunto. En los primeros días de enero de 1875 la viuda Asunción García-Negrete Parera, en compañía de su hijo Ramón (de cinco añosde edad), de su pariente Emilio Extremera Parera (tío materno del médico F. Castillo Extremera) y de la servidora de la casa, Anica Fuentes Aranda, fueron testigos de las amenazas de muerte que tuvieron que soportar por parte del grupo más antirrepublicano y caciquil.



Una situación que fue descrita posteriormente por Federico Parera Castillo en sus reflexiones sobre la proclamación de la Segunda República en Castillo, recordando la labor política y social de sus abuelos y bisabuelos durante la Primera República (1873): “Hasta el tiempo se ha hecho republicano, pues desde el 14 llevamos unos días inmejorables. Como está enferma Anica Fuentes he subido a verla. Allí me encontré con Trini, mi hermana de leche. Está estupenda. Como que es una de las indígenas más guapas. Al entrar salude con el consabido “Salud y República”, y Anica me contestó con un:“¡Viva la República!”. Como antigua servidora de la casa no ha olvidado que al grito de “¡Viva el niño Alfonso!” hachacearon la puerta de la calle pretendiendo quitar la vida a dos mujeres indefensas, mama Asunción y ella, por ser mi abuela Parera. Yo, que no olvido mi sangre, soy desde niño republicano convencido a igual que todos los de la casa”. (Diario de Federico Parera, 16 de abril de 1931.) En el análisis magistral del enfrentamiento entre oligarquías siempre suelo citar como ejemplo a Gerald Brenan, excelente conocedor de la realidad social y humana andaluza. En su obra Al sur de Granada nos comenta la situación política del pueblo de Yégen durante la Segunda Restauración: “La causa de este peculiar estado de cosas (una genuina rivalidad) radicaba en mi casero, Don Fabrique, quien había heredado de su padre la atribución de cacique liberal, que había discutido violentamente con su cuñado, Don Manuel, el cacique conservador. Eran los más ricos de la aldea y vivían uno en el barrio Alto y otro en el Bajo. Don Fabrique se había retirado a Granada, dejando en desorden los asuntos de su facción, pero con un número suficiente de partidarios como para competir en las elecciones. Desde luego nada podía impedir que Don Natalio fuera elegido para las Cortes por una gran mayoría, pero eran los cargos municipales los que le interesaban a la gente de Yégen (...). Los dos partidos eran conocidos simplemente como “nosotros” y “ellos”, y frecuentemente, por los nombres de los caciques. Y esto se debía a que nadie pensaba en términos de partidos nacionales, sino únicamente en facciones de carácter local”.

La tierra, herencia y matrimonio fueron las tres claves fundamentales para comprender la génesis y formación de la oligarquía agraria local. Muchos de los concejales que firmaron las actas capitulares de nuestro Ayuntamiento entre 1875 y 1930 aparecen vinculados por lazos de parentesco, poniendo de manifiesto unas prácticas políticas eminentemente endogámicas donde queda perfectamente traducida, en expresión de Salvador Cruz “una férrea concepción patrimonial del poder municipal, donde la hegemonía y dominio en la esfera económica tiene una inmediata traducción en la esfera de la administración pública”, esto es, la patrimonialización de la Casa Consistorial mediante la alternancia familiar en la alcaldía. El análisis del poder local castillero demuestra que verdaderas dinastías familiares controlaron nuestro Ayuntamiento. Los “segmentos de linaje” más importantes fueron tres: Álvarez, Parera y Castillo. En dichas parentelas se formaron unas clientelas que mostraron el honor y el poder recíproco de estos grupos familiares: en determinadas familias se reclutaron los alcaldes de generación en generación. Los políticos más significativos fueron: los hermanos Álvarez Izquierdo, Adriano, Camilo, Antonio, Francisco, José y Ezequiel, Ramón García-Negrete Mariscal y su hijo Carlos, los hermanos José y Federico Parera Rico, Juan Castillo Aranda, José María Álvarez Márquez, Antonio Castillo Hidalgo (“Bandurria”), Miguel Castillo Roldán (“Zacoto”), Antonio Fuentes Aranda, José María Álvarez Castillo(“Peluquín”), Juan López Aranda, Juan Castillo Contreras (“Chinche”).........

En este ambiente de caciquismo y oligarquía se crió Flora Extremera Parera.

Hacia la Segunda República

De su matrimonio con Manuel Castillo nacieron varios hijos: Federico (médico), Manuel (torero), Francisco (veterinario), Dolores (la del estanco).... Federico, una vez hechos los estudios primarios en Castillo, ingresó en un instituto de Jaén donde obtuvo el bachillerato en 1893. Se licenció en Medicina en 1900. Siendo alumno interno en el hospital general San Juan de Dios de Madrid escribió una obra titulada Un día de guardia en San Juan de Dios, donde nos narra su labor social y compromiso con los enfermos. En su lista se encontraban aquellas mujeres prostitutas que habían contraído alguna enfermedad venérea: “Esas infelices son las que reclaman en nombre de todo lo que signifique dignidad, el que nadie se aproveche de su miseria para pisotearlas y escupirlas”.
Después de haber sido durante algunos años médico titular de Fuerte del Rey finalmente se estableció en la capital donde adquirió una notoria fama por su compromiso social. En 1904 ingresó en la Real Sociedad Económica de Amigos del País.

Poco después contrajo matrimonio en Alcalá la Real el 2 de abril de 1905 con su prima DoloresGarcía-Negrete Ruiz Zarco, hija de un célebre político liberal, Carlos García-Negrete Parera, que fue alcalde de Castillo de Locubín durante el Sexenio Revolucionario (1868-1874), y presidenta de la Asociación de Mujeres Antifascistas durante la guerra civil española en la provincia de Jaén.
Murió fusilada en el cementerio de San Eufrasio de Jaén capital el día dos de marzo de 1940, a la edad de 53 años. Dolores “La Bella” fue una de las mujeres más combativas en la defensa de la República ante el avance del fascismo, llegando a presidir la Campaña de Invierno del Socorro Rojo Internacional a lo largo de 1937, organizando subastas benéficas con el fin de recaudar fondos para asistir a los soldados que estaban en el frente de batalla. Sus discursos y actuaciones ejercieron una gran influencia en el imaginario colectivo jienense de su tiempo.

En 1910 alcanzó Castillo Extremera el doctorado en Medicina.

Presidió la Asociación de Prensa en 1914. Artífice de la construcción del Teatro Norte, edificio que fue inaugurado el 24 de Julio de 1918. Escribió varias comedias en las que se aprecia cierta denuncia, como la llamada “Los Intermediarios”. En 1929 era presidente del Círculo Mercantil.
Su afición por el arte, la literatura y la música le hicieron estar presentes en muchos de los actos culturales que se organizaban en Jaén.

El matrimonio Castillo García-Negrete formó una prolífica familia. Dolores llegó a parir nada menos que veintitrés veces habiendo conseguido reunir vivos a catorce de sus hijos. Al final de la guerra civil española vivían once.

En 1930 participó en un mítin público en la Carolina, momentos antes de proclamarse la Segunda República. El PSOE provincial organizó dicho acto, celebrado en el teatro Carlos III, donde asistieron los políticos más influyentes de la izquierda jienense, siendo presidido por José Piqueras Muñoz, alcalde de la Carolina repuesto por el gobierno Berenguer y que sería gobernador civil de Jaén durante la guerra. Ante una gran muchedumbre se criticó duramente a la derecha y a la monarquía y se reivindicaron los derechos de la clase trabajadora. El resultado fue la detención de los intervinientes por la Guardia Civil que fueron procesados acusados de “calumniar e injuriar a Su Majestad”. Si bien con el advenimiento republicano en 1931quedaron sobreseídos sus procesos y ellos libres.

Tras la proclamación de la Segunda República el 14 de abril de 1931 Castillo Extremera fue nombrado Jefe provincial republicano. En aquellos momentos decisivos se prodigó en mítines por muchos pueblos de la provincia junto a algunos de sus hijos, entre ellos Carlos Castillo García-Negrete. Un acto decisivo tuvo lugar en el municipio que le vio nacer y criarse: Castillo de Locubín.

El 18 de Abril de 1931 Federico y su hijo Carlos celebraron un mitin en la calle del Ayuntamiento de dicha localidad ante la afluencia de miles de personas. Así describió Federico Parera Castillo (sobrino y ahijado de Castillo Extremera) dicho acto durante los dias 17 y 18 de abril: “Mañana es fiesta local porque viene el padrino con Carlitos, y como es jefe provincial republicano, se cierran establecimientos y centros docentes, y se organiza una manifestación monstruo (....).Estoy muy cansado. A las 10 estaba camino del paseo para recibir al padrino y a Carlitos “del” Castillo, como ha dado Manuel Peinado en decirles; pero cuando el padrino le oye dice “Don Federico de la leche” y se hocica un tanto. A pesar de la invitación de los “Chamarizos” para ir a recibirlos a las Ventas en automóvil no quise aceptarla, porque quizás sea su espíritu impropio del S. XX; pero no quiero pecar de gorrón ni en un ápice.

Después de venir nos fuimos al Ayuntamiento para hablar. Primero lo hizo Manuel Peinado, que ha estado colosal de catastrófico. Si tuviera que vivir de la notaría se moría de hambre. Guarda analogías cortísimas al hablar como los telégrafos: “Ta,ta, ta,ta,ta,ta...”. Entre otras chorradas fue el presentar al público a unos hijos del pueblo. Tonterías.El padrino habló poco. Lo hizo bien. Dijo que traía para el pueblo un abrazo de Alcalá Zamora, que no ha olvidado al Castillo, y otro de Largo Caballero. Entre otras cosas dijo: “Y mientras muchos obreros pedían limosna para comer porque no tenían trabajo, las joyas de la ex –reina se valoraban en trescientos millones de pesetas”. Carlitos estuvo colosal. En su discurso no hay nada despreciable. Ataca duramente al fallecido régimen, y, entre otras cosas, le dijo a Miguel Primo de Rivera jefe de ladrones. El pueblo, una muchedumbre inmensa, le aplaudía incesantemente y le ovacionaba, y los vivas a Carlitos Castillo salían del fondo de los corazones. Carlitos llegará a la cumbre. Tiene dotes de gran orador. La palabra cálida. El ademán elegante, tribunicio. La construcción elegante, irreprochable. La improvisación inmejorable. Tito Don Miguel, Don Juan Luna y todos los que le han comprendido, pues muchos se han quedado a dos velas por analfabetos, tienen mi misma opinión. El encargo que me ha hecho es que estudie mucho para llegar”.

En aquellos momentos de efervescencia republicana Carlos ya simpatizaba con las ideas comunistas. Así se pone de manifiesto en los escritos de Federico Parera Castillo un mes después:
“Carlitos sigue de comunista declarado y por eso no le han dado ningún cargo en este Gobierno.No se presenta a Diputado pues Alcalá Zamora colocado en este aspecto no le protege. Y Carlitos piensa luchar por la implantación del comunismo”.




Poco tiempo después de la proclamación del nuevo régimen Federico fue elegido diputado a Cortes en las elecciones de junio de 1931 por Derecha Liberal Republicana, pero pronto pasó al Partido Republicano Conservador. Durante el duro mes de enero de 1933 fue Acción Republicana la que lo admitió en su partido.
El día 20 de abril de 1934 tuvo lugar la Asamblea de Constitución de Izquierda Republicana en la provincia de Jaén. La Comisión Organizadora del partido convocó en la capital de la provincia a los afiliados de los disueltos Acción Republicana y Partido Republicano Radical Socialista (independiente), así como a todos los que comulgaban con la ideología del mismo. En mayo de dicho año participó en la fundación de Izquierda Republicana en la ciudad de Jaén. En concreto, el día uno se constituyó la Junta Directiva Local de Izquierda Republicana, en la que resultó elegido como presidente Federico Castillo Extremera.


El día 15 de Julio de 1934 se celebró la primera Asamblea Provincial de Izquierda Republicana, donde Castillo Extremera fue elegido primer presidente provincial del Partido. El 13 de marzo de 1936 fue nombrado concejal interino y diputado provincial y, en este mismo año, fue nombrado presidente de la Diputación Provincial de Jaén. Falleció el 13 de Septiembre de 1936 de un cáncer de garganta. En la sesión del Ayuntamiento de finales de noviembre de 1936 se dio noticia de su muerte y acordaron en pleno dar su nombre a una calle, proposición que fue aceptada.




martes, 20 de septiembre de 2016

EL ASALTO AL CERRO DE LA ACAMUÑA EN DICIEMBRE DE 1936.






EL ASALTO AL CERRO DE LA ACAMUÑA EN DICIEMBRE DE 1936.

Plano de la estrategia y maniobras a seguir para la defensa del frente del Cerro de la Acamuña(Castillo de Locubin) por parte del ejército republicano. Al mes y medio de la toma de Alcalá la Real (30 de Septiembre de 1936) los nacionales iniciaron el asalto al cerro de la Acamuña, el día 15/16 de diciembre. En el se observan claramente las modificaciones realizadas por la jefatura de las compañías republicanas, y en concreto, por el capitán de Infantería de Marina, Vicente Trigo Sandomingo. Un documento que fue usado en su defensa al acabar la guerra para demostrar su complicidad con las tropas fascistas. Si por algo se caracterizó fue por su inhibición en la defensa de la posición de Castillo y desobediencia a sus superiores, en este caso desoyendo las órdenes del General García Monje. Esta traición a la República supuso que por unos días los nacionales tomasen la Acamuña y se adentrasen en el pueblo de Castillo dinamitando el puente de Valdepeñas. Finalmente la llegada de refuerzos hizo retroceder al ejercito nacional hasta Alcalá quedando nuestro territorio en zona roja hasta el final de la contienda.

https://benitosacalugarodriguez.blogspot.com.es/2011/12/capitan-de-infanteria-de-marina-vicente_11.html

M. Gallardo Pulido.

domingo, 10 de julio de 2016

LA NECRÓPOLIS ARGÁRICA DE CASTILLO DE LOCUBIN.



A continuación damos a conocer dos noticias aparecidas en el mes de enero de 1967 en el ideal de Granada sobre los hallazgos de una necrópolis argárica en la ladera norte de la Sierra de la Acamuña (Castillo de Locubín).


 
REPORTAJES de IDEAL. 22 de Enero de 1967.

LA NECRÓPOLIS ARGÁRICA DEL CASTILLO DE LOCUBIN.

Objetos de esta época se han hallado también en Alcalá la Real. El Delegado de zona del Servicio Nacional de Excavaciones Arqueológicas inspecciona el lugar de los hallazgos.




El pasado domingo, día 15, el corresponsal de Alcalá la Real publicó una nota en IDEAL dando cuenta del hallazgo de unos enterramientos prehistóricos con su correspondiente ajuar funerario, en la vertiente Norte de la Sierra de la Acamuña, dentro del término municipal de Castillo de Locubin (Jaén).

Esa misma mañana salió para Alcalá la Real una expedición, compuesta por el profesor doctor don Antonio Arribas Palau, catedrático de Arqueología de la Universidad de Granada y delegado de Zona del Servicio Nacional de Excavaciones Arqueológicas; profesor doctor don Manuel Riu, Catedrático de Historia Antigua y Medieval de nuestra Facultad de Letras y los delegados locales de Excavaciones, don Gumersindo Burgos y Pérez de Andrade, juez de Primera Instancia e Instrucción de Alcalá la Real y su partido, don Manuel García Sánchez, antropólogo, y don José Corral Maurell, redactor de IDEAL.

En el C. O. P. E. M. de Alcalá la Real, los profesores don Manuel Cantero Pérez y don Enrique Pérez Díaz, licenciados en Historia- que habían efectuado los hallazgos, al frente de un grupo de alumnos-, mostraron parte de los materiales encontrados a los visitantes: un cráneo de oso de las cavernas, otro cráneo humano prehistórico y fragmentos de un vaso cerámico, que acompañaba al enterramiento. Seguidamente, trasladáronse todos al vecino pueblo de Castillo de Locubín- donde se hallaba la mayor parte del material arqueológico y antropológico del yacimiento mencionado-, siendo recibidos por don Gregorio Muñoz Álvarez, juez de Paz, y don Rafael Álvarez de Morales y Ruíz, estudioso de la Historia Local y experto conocedor de los lugares prehistóricos del término, con el que inició un cambio de impresiones el profesor Arribas, con miras a una futura prospección. En casa del veterinario, don Arturo Álvarez Ruiz, examinaron una rica colección de objetos prehistóricos y protohistóricos procedentes del término municipal, de algunos de los cuales se obtuvieron calcos, por el señor García Sánchez, que ilustran este artículo. Entre tan numerosos objetos llamaron la atención unos fósiles de ammonites y belemnitas de la Era Secundaria (animales marinos de la familia de los calamares, que vivieron hace unos 200 millones de años); abundantes hachas y azuelas de piedra pulimentada del Neolítico y Edad del Bronce; una punta de flecha de cobre, tipo Palmela, del Eneolítico Final (2000 a 1600 años a. C.), hallada en el lugar denominado Cabeza Baja; un vaso carenado y un cuchillo de cobre con res clavitos para sujeción del mango, de tipo argárico, que acompañaban a dos esqueletos de los hallados últimamente en la Campana, en enterramientos de la segunda Edad del Bronce (1600 a 1200 a.C) . Se conservan en muy buen estado unas mandíbulas y dos cráneos completos, de un hombre de unos 35 años y de una adolescente de 14 años. Procedentes de la Nava, figuraban un hacha plana de cobre o bronce y un fragmento de sierra del mismo metal, también argáricos. Abundantes vasos y platos ibero-romanos, una urna cineraria y un fragmento de estatua de factura indígena, como muestras de la Edad del Hierro. Entre las numerosas monedas halladas en el término, merecen destacar algunas de la ciudad hispanorromana de “Obulco” (Porcuna). El profesor Riu llama la atención sobre unos adornos o distintivos que, a su juicio, pueden proceder de la comunidad judía que convivió con los árabes en la Edad Media, de gran interés científico.

La necrópolis argárica.

A continuación, los visitantes fueron a conocer el lugar del hallazgo de los enterramientos últimamente descubiertos, acompañados por el dueño de la cantera, don Antonio Collado Peñalver, que ofreció llevar herramientas y algún obrero. Un grupo de alumnos del Instituto de Enseñanza Media de Alcalá la Real les esperaba, con la merienda al hombro, ávidos de conocer la opinión de tan ilustres investigadores a quienes fueron presentados.

El lugar conocido por la Campana se halla en la ladera norte de la Sierra de la Acamuña, a poco más de 500 metros a la izquierda de la carretera de Alcaudete y antes de llegar a la desviación de Castillo de Locubín, frente a la Venta. Se trata de un pedregal calizo, umbrío y casi desnudo de vegetación arbórea, con una cantera hasta hace poco en explotación. A media ladera, sobre el carril, se hallan las tres tumbas hasta ahora descubiertas, distantes entre sí unos 18 metros y aproximadamente a la misma altura. Aprovechando las oquedades bajo grandes bloques calizos, se hicieron las inhumaciones de los cadáveres, con su ajuar funerario; la entrada se cerró a piedra seca, con un paredón, para evitar la remoción de los animales. Aunque durante la época argárica son más frecuentes los enterramientos en fosas, cistas y tinajas, este tipo se ha observado en las necrópolis de San Antón (Orihuela), en Callosa del Segura y en Monachil. De entre los restos esqueléticos se recogieron algunos huesos largos completos, que han permitido al señor García Sánchez determinar la estatura de un individuo de unos 20 años de edad, varón, robusto y alto, ya que medía 1´69 metros cuando aún no había alcanzado su pleno desarrollo. Un primer avance del estudio antropológico, nos informa el señor García Sánchez, podría darse diciendo que se trata de un individuo de tipo racial mediterráneo grácil, salvo uno de ellos que posee acentuados caracteres negroides, pero que es necesario comprobar con un estudio detallado de todos los restos, especialmente de los cráneos que, gracias a la pericia del profesor Cantero, se hallan en perfecto estado de conservación.

En cuanto a los materiales sería conveniente tomar muestras de los objetos metálicos, para su análisis espectroscópico, que serían remitidas al profesor Sangmeister, de la Universidad de Freiburgh.



Materiales argáricos en Alcalá la Real.

Al regreso de la expedición, el alcalde de Alcalá la Real, don Miguel Sánchez Cañete, atendió amablemente a los viajeros y, en el Ayuntamiento, les mostró una hacha pequeña de cobre o bronce y un fragmento de hoja de puñal del mismo metal, de clara tipología argárica, hallados en la ciudad. El profesor Riu se interesó por unos libros de “Privilegios concedidos a la ciudad de Alcalá la Real”, copias de valiosos documentos del siglo XIV, que podrían ser objeto de una tesis doctoral.

El alcalde explicó que pronto se va a declarar parte de la población como de interés artístico y que será visitada en breve por don Grantiniano Nieto Gallo, director general de Bellas Artes. La fortaleza de la Mota, de tres recintos, es, tras la de Almería una de las fortalezas árabes mejor conservadas. Una vez conquistada por los cristianos, La Mota fue el jalón avanzado- frente a Moclín, que permaneció árabe otro siglo- ante el cada vez más reducido reino moro de Granada.






REPORTAJES DE IDEAL. 28 de Enero de 1967.

RESTOS DE OSO DE LAS CAVERNAS, EN UNA CUEVA DE CASTILLO DE LOCUBÍN.

ESTE ANIMAL SE EXTINGUIÓ AL FINAL DE LA ÚLTIMA GLACIACIÓN, HACE UNOS 15.000 AÑOS.

En la vertiente Norte de la Sierra de la Acamuña, en término de Castillo de Locubín (Jaén), y en el lugar denominado “La Campana”, los profesores del Instituto de Enseñanza Media de Alcalá la Real don Enrique Pérez Díaz y don Manuel Cantero Pérez, licenciados en Historia, descubrieron hace dos semanas una cueva con restos de oso de las cavernas y otros animales no identificados aún. La importancia del descubrimiento nos mueve a divulgarlo hoy, después de haber visitado el lugar y obtenido unas fotos que ilustran el presente trabajo. Para otros detalles complementarios remitimos al lector al artículo publicado el domingo pasado en IDEAL.

CONSIDERACIONES GENERALES.

El oso de las cavernas (“ursus spelaeus”) vivió durante el Pleistoceno Medio y Superior en Eurasia, extinguiéndose al final del Würm (hace unos 15.000 años). Aunque ha sido considerado como animal exclusivamente musteriense- momento en que ha conocido su mayor expansión-, se ha mantenido durante todo el Paleolítico superior, hasta el final del Magdaleniense, naturalemente fuera del dominio invadido por los hielos de la última glaciación.

Desciende del “Ursus etruscus”, que se sitúa al final del Plioceno. Entre éste y el “Ursus spelaeus”, ya próximos parientes, se colocaría el “Ursus daningeri”, que aparece en el Pleistoceno inferior.

Extraordinariamente abundante, el oso de las cavernas ha sido descubierto en numerosos yacimientos prehistóricos: Desde el sur de Inglaterra se extiende por toda Europa hasta África del Norte y desde Lisboa llega hasta Odesa. Falta totalmente en los países escandinavos, Rusia septentrional y Siberia, lo que prueba su aversión por un clima seco y frío, aunque no es sólo un animal de llanura, pues se ha encontrado en grutas alpinas hasta los 2.500 metros de altitud. En la Cueva del Dagrón, cerca de Mixnitz (Austria), murieron a través del tiempo de 30.000 a 50.000 osos. Como en la cueva no pudieron convivir simultáneamente más de cinco o séis familias, es de suponer que fue la morada constante de estos plantígrados durante unos 10.000 años. Esta cueva, que pertenece al último periodo interglaciar (Riss-Würm), era un puesto de verano de los cazadores musterienses de la raza de Neandertal. Para la caza del oso debió reunirse la horda y recurrir al procedimiento de asfixiarlos en sus propias guaridas con el humo de grandes hogueras encendidas a la entrada de ellas, o bien en arriesgada lucha cuerpo a cuerpo. Este último método debió de ser muy peligroso, pues aquellos osos sobrepasaban en tamaño al actual oso pardo europeo, alcanzando, alzado de patas, unos 3´50 metros en algunos ejemplares. En general posese una gran variabilidad, cuyos límites extremos vienen representados por las subespecies “maior” y “minor”.

PRIMITIVOS CULTOS DE CAZA Y SACRIFICIOS DE OSOS.

En varias cuevas de los Alpes orientales y occidentales se han descubierto restos óseos del oso de las cavernas, dispuestos los cráneos dentro de arquetas de piedra que hicieron pensar a sus descubridores en ritos religiosos de los cazadores neandertalenses análogos a los de ciertos pueblos actuales de Siberia oriental (tungusos) y de la isla de Sajalín (giliacos). Estos huesos se suponían restos de “ofertas de primicias” y se hablaba de un “culto al oso” parecido al que actualmente practican los aínos de la isla de Yeso.

Esta interpretación, que fue aceptada por varios paleontólogos y etnólogos eminentes (entre ellos Breuil y Lantier), recientemente ha sido impugnada por otros investigadores (Koby, Spahni y Pittioni), quienes mantienen que la disposición de los referidos huesos del oso de las cavernas, en las grutas alpinas, se debe simplemente a agentes naturales. Sin embargo, en el arte del Paleolítico superior se hallan numerosos indicios del culto al oso o, según otra posible interpretación, de la magia de la caza: representación del sacrificio “mágico” del oso antes de que la horda inicie sus incursiones por los cazaderos. Véase, como ejemplo, la figura adjunta, en la que se representan dos osos de las cavernas heridos con flechas y pedradas, que fueron grabados en las paredes de la cueva de Trois-Frères (Francia).

CARACTERÍSTICAS DEL OSO DE LA CUEVA DE LA CAMPANA.

Hasta ahora sólo se han extraído de la citada cueva un cráneo completo, sin mandíbula, y un fémur izquierdo intacto pertenecientes probablemente al mismo animal. El cráneo es grande y mide unos 30 centímetros de longitud. La dentición es reducida en número: el maxilar superior muestra, a cada lado, dos molares, un premolar, un canino y los alveólos de tres incisivos; pese a los fuertes caninos, no parece la de un carnívoro, sino que hace pensar más bien en un tipo omnívoro.

El fémur posee una longitud total de 321 milímetros, en posición anatómica, cifra inferior al límite mínimo de variabilidad de los osos de las cavernas de Austria (353 milímetros), lo que indicaría que este oso, aunque ya adulto, sería de pequeña talla y, probablemente hembra, dado el gran diformismo sexual de la especie.

Por considerar de un alto interés científico este descubrimiento, insistimos en la necesidad de que estos restos de animales sean estudiados por un especialista, que podría ser el doctor Emiliano de Aguirre, S. I., profesor adjunto de Paleontología de la Facultad de Ciencias de Madrid, que conoce bien la fauna del Cuaternario. Esperamos, además, que se realice una exploración completa de esta cueva, donde existe la posiblidad de encontrar industria del Paleolítico y hasta quizá- ¡por qué no!- restos humanos de esa remota época. Hace dos domingos, inspeccionando la cueva, el profesor Arribas Palau, catedrático de Arqueología de nuestra Facultad de Letras, instruyó y aconsejó convenientemente a los dos jóvenes investigadores que realizaron el hallazgo. Nosotros les deseamos de todo corazón que tengan el éxito que merecen y esperamos impacientes la publicación de los resultados de sus exploraciones.

J. CORRAL MAURELL.


viernes, 8 de julio de 2016

Conferencia sobre el yacimiento de la Cabeza Baja de Encina Hermosa.


Sobre el yacimiento ibero-romano de la Cabeza Baja. Intervienen Marcelo Castro director del conjunto arqueológico de Castulo y Francisca Hornos Mata, Directora del museo arqueológico provincial. Fue por el año 1986 cuando tuvieron lugar las excavaciones encontrándose numerosos restos como la estatua de la diosa Minerva.

M. Gallardo Pulido.

EL POSADO DE "CENCERRO".



Luis Miguel Sánchez Tostado.

En la investigación histórica a veces el azar guiña tardío, a destiempo. En ocasiones las imágenes más valiosas aparecen después de publicar los libros, y no antes. Tal es el caso de una insólita fotografía que ha caído en mis manos por gentileza del castillero Moisés Gallardo Pulido. Una imagen que es más, mucho más, que un simple retrato de época. Si a la escasez gráfica de posguerra sumamos que los que posaron eran proscritos en búsqueda y captura y que el fotógrafo hizo la instantánea de forma clandestina en el año de mayor represión contra ellos, la imagen se convierte en un valiosísimo documento gráfico. No solo por lo que muestra, también por su contexto implícito constituye toda una crónica de la lucha guerrillera antifranquista como movimiento sociopolítico. Pero al mismo tiempo es una trampa mortal para los posantes si el retrato llegase a caer en manos del enemigo, como así fue.

La imagen recoge a una docena de hombres armados de aspecto humilde ataviados con pantalones de pana, camisas y boinas. Posan exhibiendo distintas armas, fundamentalmente escopetas de caza, cananas, algún fusil y pistolas de la guerra civil. Algunos penden en sus cintos bombas de mano de fabricación casera (se fabricaban clandestinamente en la fábrica de los Funes de Alcaudete con dinamita “distraída” de las minas de El Cetenillo). Podría ser uno de tantos posados grupales de no ser porque se trata de la guerrilla del hombre más buscado por la Guardia Civil en la provincia de Jaén en los años cuarenta. Tomás Villén Roldán, más conocido por “Cencerro”, posa desafiante en el centro de la imagen, con un fusil en la siniestra y apuntando a la cámara con una pistola. Sus sienes plateadas le delatan como hombre maduro (tenía 43 años). Por entonces ya se había puesto precio a su cabeza como un líder antifascista hábil y escurridizo que trajo en jaque a la Guardia Civil desde la conclusión de la guerra hasta 1947. A su fascinante biografía dediqué una de mis obras: Cencerro, un guerrillero legendario (Adsur, 2010).

Cada componente de la fotografía está enumerado a mano y algunos están marcados con una “X” conforme eran abatidos semanas después. Al dorso alguien escribió una relación de nombres. En cuanto vi la fotografía supe que la imagen debió ser intervenida a algún guerrillero y utilizada para identificar al resto del grupo. Me he topado con fotografías similares en procesos sumarísimos de la dictadura y en los atestados e informes de la Guardia Civil de aquellos años. ¿A quién se le intervino? Tras consultar mi archivo y diversas fuentes, llegué a la conclusión de que esa fotografía, junto a otras que aún no han visto la luz, fue incautada por la Guardia Civil de Alcalá la Real el 1 de noviembre de 1946. Aquel día cercaron a un grupo de hombres de “Cencerro” en el barranco alcalaíno conocido como Valenzuela. En el tiroteo fueron muertos tres izquierdistas que llevaban pocas semanas en el monte. Se trata del jiennense Diego García Gómez, “Chirri”, colaborador de “Cencerro” y responsable local de las Juventudes Unificadas Socialistas. Se había unido a la guerrilla un mes antes, en julio de 1946, tras la redada contra un comité clandestino en la capital. Los otros dos eran los hermanos Juan y Carlos Rivera Jiménez, “Riverillas”, naturales de Albolote (Granada), enlaces que aquel verano huyeron de los interrogatorios y las torturas. A los muertos se les intervino: “tres pistolas, una carabina Remigton, cuatro cargadores, unos prismáticos, un cuchillo de monte, un reloj, 5.950 pesetas, así como propaganda política clandestina, fotografías y documentación procedente de Jaén y Granada” (Sánchez Tostado, 2010, pág. 188). Entre las fotografías intervenidas estaba la imagen que comentamos en el presente artículo.

Por los detalles de la indumentaria, las fechas de incorporación de algunos de los personajes que aparecen en la imagen, y las datas de la muerte de cada uno de ellos, llego a la conclusión de que tan singular fotografía fue tomada, sin ninguna duda, en los últimos días de agosto o primeros de septiembre de 1946. Se realizó en el cortijo de algún enlace de la Sierra Sur y se aseguraron de que no saliera de fondo ningún elemento o paraje identificativo. Sin embargo, la relación nominal escrita al dorso está llena de imprecisiones y errores. Hay apellidos y apodos equivocados y falta por identificar a otros. Me he permitido completar el listado y corregir los errores incluyendo una breve información complementaria de cada uno de ellos:

1. Tomás Villén Roldán “Cencerro”. Jefe de la guerrilla. Natural y vecino de Castillo de Locubín. Antiguo concejal del PCE y presidente de la Casa del Pueblo. Temiendo ser fusilado, se echó al monte tras huir de la prisión de Alcalá la Real en 1940. Fue muerto por la Guardia Civil en Valdepeñas de Jaén el 17 de julio de 1947.

2. Juan Rivera Jiménez “Riverilla”. Natural y vecino de Albolote (Granada). Se unió a la guerrilla de “Cencerro” en el verano de 1946. Muerto por la Guardia Civil el 1 de noviembre de 1946 en el término de Alcalá la Real.

3. Carlos Rivera Jiménez “Jeromo”. Muerto por la Guardia Civil junto a su hermano Juan y el “Chirri” el 1 de noviembre de 1946 en Alcalá la Real.

4.Manuel Jaén Bravo “Formal”. Vecino de Castillo de Locubín, amigo y enlace de “Cencerro”. Se unió a la guerrilla en el verano de 1944. Fue muerto por la Guardia Civil el 25 de abril de 1947 junto a Ramón Jiménez Contreras “Pena”, en el término de Santiago de Calatrava.

5. Adriano Callado Cortés (“Zoilo”). Natural de Escañuela, vecino de Castillo de Locubín y amigo de “Cencerro”. Junto a “Formal” se unió a la guerrilla en el verano de 1944. Fue muerto por la Guardia Civil a las afueras de Jaén (Fuente de la Peña) junto a Antonio Larubia Expósito “Payuso” el 5 de enero de 1948.

6. Antonio Muñoz Rivera (“Muñoz”). Natural de Linares y vecino de Mures (Alcalá la Real). Se unió a la guerrilla el abril de 1946 junto a “Piñero”. Fue muerto el 10 de diciembre de 1947 en una emboscada de la Guardia Civil en Noalejo junto a “Piñero”, “Paquete” y “Juanico”.

7. Antonio Larubia Expósito (“Payuso”). Enlace de Cencerro, casero del cortijo “Las Mangas” (Martos). Se unió a la guerrilla tras el asalto de la Guardia Civil al cortijo “Las Torres” el 28 de julio de 1946. Junto a “Zoilo”, fue muerto a tiros en Jaén el 5 de enero de 1948.

8. José Antonio Gálvez Prieto (“Paquete”). Natural de Tiena (Granada), próxima a la aldea granadina de Olivares. Se unió a Cencerro en verano de 1946. Fue muerto por la Guardia Civil junto a “Juanico”, “Piñero” y “Muñoz” en Noalejo, el 10 de diciembre de 1947.

9. Antonio Fajardo Sánchez (“Piñero”. Natural de Piñar (Granada) y vecino de la aldea de Mures (Alcalá la Real). Se unió al grupo en abril de 1946. Muerto por la Guardia Civil en Noalejo el 10 de diciembre de 1947 junto a “Paquete”, “Muñoz” y “Juanico”.

10. Francisco Ibáñez Molina (“Recovero”). Natural y vecino de Castillo de Locubín, amigo de “Cencerro”. Se echó al monte en el verano de 1944. Muerto por la Guardia Civil el 11 de septiembre de 1946 a las afueras de Castillo de Locubín.

11. José García Líndez (“El Niño”). Se unió a la guerrilla en 1946. Fue muerto por la Guardia Civil, junto a “Rubio Ollero” en el cortijo “Los Nonos” (Valdepeñas de Jaén) el 9 de enero de 1948.

12. Juan Martín Maqueda García “Juanico”. Natural de Benalúa de las Villas (Granada). Procedía de la guerrilla granadina de “Ollafría” y se unió a “Cencerro” tras el asalto en las Ventas del Carrizal en septiembre de 1945. Fue muerto por la Guardia Civil, junto a “Paquete”, “Muñoz” y “Piñero” en Noalejo, el 10 de diciembre de 1947.

¿Por qué “Cencerro” decidió llamar a un fotógrafo y hacer un posado tan comprometido? La decisión responde a momentos de cierta euforia tras la victoria de los países aliados en la II Guerra Mundial, la caída del nazismo y el fascismo italiano y el aislamiento internacional del régimen franquista. La Resistencia aguardaba una inminente intervención militar aliada en España con la incorporación de miles de guerrilleros y combatientes republicanos desde el exilio francés a los que debía unirse el levantamiento de un campesinado oprimido. “Cencerro” era un líder respetado en la comarca con una extensa red de colaboradores. Pocos días antes de esa fotografía, el 28 de julio de 1946, su guerrilla tuvo un éxito en el cortijo “Las Torres” (Martos), donde celebraron una asamblea clandestina con el comité comarcal del PCE y la Unión Nacional Española (UNE). Por la noche, una compañía de guardias civiles cercó el cortijo y, tras un intenso tiroteo, todos los maquis escaparon ilesos por un túnel soterrado que construyeron tiempo atrás para facilitar la huida de la base ante una emboscada. La operación fue un fracaso para la Guardia Civil que sufrió cuatro heridos. El teniente coronel Luis Marzal montó en cólera y juró vengarse.
A esas alturas “Cencerro” ya era un mito. Sus comentadas y espectaculares acciones, generalmente secuestros y atracos a terratenientes y latifundistas, tuvieron como objetivo financiar la resistencia antifranquista, constituir comités clandestinos del PCE y ayudar a las viudas de fusilados y represaliados de la dictadura, que atravesaban por momentos de gran miseria por la crisis económica de posguerra y la represión política contra los vencidos.

Con las nuevas incorporaciones y la esperanza de un cambio de régimen que creían inminente, “Cencerro” autorizó el posado fotográfico de los guerrilleros y la exhibición de sus armas como una demostración de fuerza y como testimonio de aquella lucha heroica, además de mostrarla orgullosos en los tajos a fin de recabar apoyos y militancia para el levantamiento popular que se avecinaba.
Ilusión vana pues, con el comienzo de la Guerra Fría, Inglaterra y EE UU prefirieron que Franco continuara en el poder antes de que España se convirtiera en un satélite soviético ante el carácter marxista de las organizaciones que controlaban el Frente Popular. Permitieron que el caudillo prosiguiera sus matanzas.

Los guerrilleros, abandonados a su suerte en los montes, fueron exterminados uno a uno. Los integrantes de esta curiosa fotografía fueron muertos a tiros en meses sucesivos. No hubo supervivientes.Tachados por el régimen como “bandoleros”, esta guerrilla se mantuvo activa hasta 1948 con un terrible balance de 86 muertos (8 del bando franquista y 78 del bando guerrillero y sus apoyos), además de 535 encarcelados.

Publicado en Diario Jaén. 06/07/2016



sábado, 12 de marzo de 2016

Las Salinas de Fílique o del Salado.



Las Salinas de Fílique o del Salado.
Castillo de Locubín (Jaén).
Famosas desde la Edad Media e incluso antes. De ellas se abastecía Alcalá la Real y otros núcleos de la Abadía. Denominadas así porque el barranco del Arroyo el Salado está justamente debajo de la cañada de Fílique. Al lado de la salina el cortijo del Salinero. Y si seguimos más adelante nos encontramos con "el portillo del Salinero". En 1649 el Consejo de Hacienda expidió una Real Carta ejecutoria a favor de la Ciudad de Alcalá la Real donde el administrador de Salinas de Andalucía tuviese la potestad de fabricar sal "en las de Fílique, término de la villa de Castillo de Locubín". Por dicho aprovechamiento se debía pagar a "los Propios" de Alcalá (a los que pertenecía) 1210 reales de vellón al año. Casi siempre fueron administradas por el cabildo municipal alcalaíno mediante un toldero o administrador. Se dieron numerosos conflictos en la época por gestión fraudulenta ya que su negocio podría resultar muy rentable en determinados periodos.
M. Gallardo Pulido.