Luis Miguel Sánchez Tostado.
En
la investigación histórica a veces el azar guiña tardío, a destiempo.
En ocasiones las imágenes más valiosas aparecen después de publicar los
libros, y no antes. Tal es el caso de una insólita fotografía que ha
caído en mis manos por gentileza del castillero Moisés Gallardo Pulido.
Una imagen que es más, mucho más, que un simple retrato de época. Si a
la escasez gráfica de posguerra sumamos que los que posaron eran
proscritos en búsqueda y captura y que el fotógrafo hizo la instantánea
de forma clandestina en el año de mayor represión contra ellos, la
imagen se convierte en un valiosísimo documento gráfico. No solo por lo
que muestra, también por su contexto implícito constituye toda una
crónica de la lucha guerrillera antifranquista como movimiento
sociopolítico. Pero al mismo tiempo es una trampa mortal para los
posantes si el retrato llegase a caer en manos del enemigo, como así
fue.
La imagen recoge a una docena de hombres armados de aspecto
humilde ataviados con pantalones de pana, camisas y boinas. Posan
exhibiendo distintas armas, fundamentalmente escopetas de caza, cananas,
algún fusil y pistolas de la guerra civil. Algunos penden en sus cintos
bombas de mano de fabricación casera (se fabricaban clandestinamente en
la fábrica de los Funes de Alcaudete con dinamita “distraída” de las
minas de El Cetenillo). Podría ser uno de tantos posados grupales de no
ser porque se trata de la guerrilla del hombre más buscado por la
Guardia Civil en la provincia de Jaén en los años cuarenta. Tomás Villén
Roldán, más conocido por “Cencerro”, posa desafiante en el centro de la
imagen, con un fusil en la siniestra y apuntando a la cámara con una
pistola. Sus sienes plateadas le delatan como hombre maduro (tenía 43
años). Por entonces ya se había puesto precio a su cabeza como un líder
antifascista hábil y escurridizo que trajo en jaque a la Guardia Civil
desde la conclusión de la guerra hasta 1947. A su fascinante biografía
dediqué una de mis obras: Cencerro, un guerrillero legendario (Adsur,
2010).
Cada componente de la fotografía está enumerado a mano y
algunos están marcados con una “X” conforme eran abatidos semanas
después. Al dorso alguien escribió una relación de nombres. En cuanto vi
la fotografía supe que la imagen debió ser intervenida a algún
guerrillero y utilizada para identificar al resto del grupo. Me he
topado con fotografías similares en procesos sumarísimos de la dictadura
y en los atestados e informes de la Guardia Civil de aquellos años. ¿A
quién se le intervino? Tras consultar mi archivo y diversas fuentes,
llegué a la conclusión de que esa fotografía, junto a otras que aún no
han visto la luz, fue incautada por la Guardia Civil de Alcalá la Real
el 1 de noviembre de 1946. Aquel día cercaron a un grupo de hombres de
“Cencerro” en el barranco alcalaíno conocido como Valenzuela. En el
tiroteo fueron muertos tres izquierdistas que llevaban pocas semanas en
el monte. Se trata del jiennense Diego García Gómez, “Chirri”,
colaborador de “Cencerro” y responsable local de las Juventudes
Unificadas Socialistas. Se había unido a la guerrilla un mes antes, en
julio de 1946, tras la redada contra un comité clandestino en la
capital. Los otros dos eran los hermanos Juan y Carlos Rivera Jiménez,
“Riverillas”, naturales de Albolote (Granada), enlaces que aquel verano
huyeron de los interrogatorios y las torturas. A los muertos se les
intervino: “tres pistolas, una carabina Remigton, cuatro cargadores,
unos prismáticos, un cuchillo de monte, un reloj, 5.950 pesetas, así
como propaganda política clandestina, fotografías y documentación
procedente de Jaén y Granada” (Sánchez Tostado, 2010, pág. 188). Entre
las fotografías intervenidas estaba la imagen que comentamos en el
presente artículo.
Por los detalles de la indumentaria, las
fechas de incorporación de algunos de los personajes que aparecen en la
imagen, y las datas de la muerte de cada uno de ellos, llego a la
conclusión de que tan singular fotografía fue tomada, sin ninguna duda,
en los últimos días de agosto o primeros de septiembre de 1946. Se
realizó en el cortijo de algún enlace de la Sierra Sur y se aseguraron
de que no saliera de fondo ningún elemento o paraje identificativo. Sin
embargo, la relación nominal escrita al dorso está llena de
imprecisiones y errores. Hay apellidos y apodos equivocados y falta por
identificar a otros. Me he permitido completar el listado y corregir los
errores incluyendo una breve información complementaria de cada uno de
ellos:
1. Tomás Villén Roldán “Cencerro”. Jefe de la guerrilla.
Natural y vecino de Castillo de Locubín. Antiguo concejal del PCE y
presidente de la Casa del Pueblo. Temiendo ser fusilado, se echó al
monte tras huir de la prisión de Alcalá la Real en 1940. Fue muerto por
la Guardia Civil en Valdepeñas de Jaén el 17 de julio de 1947.
2.
Juan Rivera Jiménez “Riverilla”. Natural y vecino de Albolote
(Granada). Se unió a la guerrilla de “Cencerro” en el verano de 1946.
Muerto por la Guardia Civil el 1 de noviembre de 1946 en el término de
Alcalá la Real.
3. Carlos Rivera Jiménez “Jeromo”. Muerto por la
Guardia Civil junto a su hermano Juan y el “Chirri” el 1 de noviembre de
1946 en Alcalá la Real.
4.Manuel Jaén Bravo “Formal”. Vecino de
Castillo de Locubín, amigo y enlace de “Cencerro”. Se unió a la
guerrilla en el verano de 1944. Fue muerto por la Guardia Civil el 25
de abril de 1947 junto a Ramón Jiménez Contreras “Pena”, en el término
de Santiago de Calatrava.
5. Adriano Callado Cortés (“Zoilo”).
Natural de Escañuela, vecino de Castillo de Locubín y amigo de
“Cencerro”. Junto a “Formal” se unió a la guerrilla en el verano de
1944. Fue muerto por la Guardia Civil a las afueras de Jaén (Fuente de
la Peña) junto a Antonio Larubia Expósito “Payuso” el 5 de enero de
1948.
6. Antonio Muñoz Rivera (“Muñoz”). Natural de Linares y
vecino de Mures (Alcalá la Real). Se unió a la guerrilla el abril de
1946 junto a “Piñero”. Fue muerto el 10 de diciembre de 1947 en una
emboscada de la Guardia Civil en Noalejo junto a “Piñero”, “Paquete” y
“Juanico”.
7. Antonio Larubia Expósito (“Payuso”). Enlace de
Cencerro, casero del cortijo “Las Mangas” (Martos). Se unió a la
guerrilla tras el asalto de la Guardia Civil al cortijo “Las Torres” el
28 de julio de 1946. Junto a “Zoilo”, fue muerto a tiros en Jaén el 5 de
enero de 1948.
8. José Antonio Gálvez Prieto (“Paquete”).
Natural de Tiena (Granada), próxima a la aldea granadina de Olivares. Se
unió a Cencerro en verano de 1946. Fue muerto por la Guardia Civil
junto a “Juanico”, “Piñero” y “Muñoz” en Noalejo, el 10 de diciembre de
1947.
9. Antonio Fajardo Sánchez (“Piñero”. Natural de Piñar
(Granada) y vecino de la aldea de Mures (Alcalá la Real). Se unió al
grupo en abril de 1946. Muerto por la Guardia Civil en Noalejo el 10 de
diciembre de 1947 junto a “Paquete”, “Muñoz” y “Juanico”.
10.
Francisco Ibáñez Molina (“Recovero”). Natural y vecino de Castillo de
Locubín, amigo de “Cencerro”. Se echó al monte en el verano de 1944.
Muerto por la Guardia Civil el 11 de septiembre de 1946 a las afueras de
Castillo de Locubín.
11. José García Líndez (“El Niño”). Se unió
a la guerrilla en 1946. Fue muerto por la Guardia Civil, junto a “Rubio
Ollero” en el cortijo “Los Nonos” (Valdepeñas de Jaén) el 9 de enero de
1948.
12. Juan Martín Maqueda García “Juanico”. Natural de
Benalúa de las Villas (Granada). Procedía de la guerrilla granadina de
“Ollafría” y se unió a “Cencerro” tras el asalto en las Ventas del
Carrizal en septiembre de 1945. Fue muerto por la Guardia Civil, junto a
“Paquete”, “Muñoz” y “Piñero” en Noalejo, el 10 de diciembre de 1947.
¿Por
qué “Cencerro” decidió llamar a un fotógrafo y hacer un posado tan
comprometido? La decisión responde a momentos de cierta euforia tras la
victoria de los países aliados en la II Guerra Mundial, la caída del
nazismo y el fascismo italiano y el aislamiento internacional del
régimen franquista. La Resistencia aguardaba una inminente intervención
militar aliada en España con la incorporación de miles de guerrilleros y
combatientes republicanos desde el exilio francés a los que debía
unirse el levantamiento de un campesinado oprimido. “Cencerro” era un
líder respetado en la comarca con una extensa red de colaboradores.
Pocos días antes de esa fotografía, el 28 de julio de 1946, su guerrilla
tuvo un éxito en el cortijo “Las Torres” (Martos), donde celebraron una
asamblea clandestina con el comité comarcal del PCE y la Unión Nacional
Española (UNE). Por la noche, una compañía de guardias civiles cercó el
cortijo y, tras un intenso tiroteo, todos los maquis escaparon ilesos
por un túnel soterrado que construyeron tiempo atrás para facilitar la
huida de la base ante una emboscada. La operación fue un fracaso para la
Guardia Civil que sufrió cuatro heridos. El teniente coronel Luis
Marzal montó en cólera y juró vengarse.
A esas alturas “Cencerro”
ya era un mito. Sus comentadas y espectaculares acciones, generalmente
secuestros y atracos a terratenientes y latifundistas, tuvieron como
objetivo financiar la resistencia antifranquista, constituir comités
clandestinos del PCE y ayudar a las viudas de fusilados y represaliados
de la dictadura, que atravesaban por momentos de gran miseria por la
crisis económica de posguerra y la represión política contra los
vencidos.
Con las nuevas incorporaciones y la esperanza de un
cambio de régimen que creían inminente, “Cencerro” autorizó el posado
fotográfico de los guerrilleros y la exhibición de sus armas como una
demostración de fuerza y como testimonio de aquella lucha heroica,
además de mostrarla orgullosos en los tajos a fin de recabar apoyos y
militancia para el levantamiento popular que se avecinaba.
Ilusión
vana pues, con el comienzo de la Guerra Fría, Inglaterra y EE UU
prefirieron que Franco continuara en el poder antes de que España se
convirtiera en un satélite soviético ante el carácter marxista de las
organizaciones que controlaban el Frente Popular. Permitieron que el
caudillo prosiguiera sus matanzas.
Los guerrilleros, abandonados a
su suerte en los montes, fueron exterminados uno a uno. Los integrantes
de esta curiosa fotografía fueron muertos a tiros en meses sucesivos.
No hubo supervivientes.Tachados por el régimen como “bandoleros”, esta
guerrilla se mantuvo activa hasta 1948 con un terrible balance de 86
muertos (8 del bando franquista y 78 del bando guerrillero y sus
apoyos), además de 535 encarcelados.
Publicado en Diario Jaén. 06/07/2016
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