jueves, 21 de marzo de 2019

Sobre los orígenes del coto de pesca del río San Juan. Las primeras truchas y cañas de pescar.




"(...)Ayer se levantó la veda de la pesca fluvial y por primera vez se han visto cañas de pescar en las márgenes de nuestro río San Juan, que desde hace unos años fue poblado con alevines de truchas, de las que gracias al celo de la guardia civil y guardas forestales, hay ejemplares dignos de las cañas más exigentes.

Pese a la inclemencia del tiempo, estuvo todo el día lloviendo, se desplazaron numerosos pescadores forasteros, que suponemos harían una gran pesca, toda vez que cogerían a las truchas inocentes de lo que es un anzuelo con cebo, acostumbrados a ser cebadas por los vecinos, que al pasar por los puestos, les tiraban migajas de pan. Esperamos que cuando el tiempo sea más benigno, aumente el número de deportistas que nos visitan y admiren al mismo tiempo las bellezas de nuestro río que tiene una ribera incomparable y bordeada por la carretera desde el término de Alcaudete hasta el nacimiento del mismo casi lindando con el término de Alcalá la Real.

A todos los aficionados les damos la enhorabuena y deseamos una feliz temporada de pesca".

Castillo de Locubín. Marzo de 1972.

domingo, 10 de marzo de 2019

Emilia Pardo Bazán sobre el "monstruo de Locubín", el cura Anguita.




Julián Anguita García fue coadjutor de la Parroquia de San Pedro Apóstol de Castillo de Locubin, nacido y criado aquí. Murió condenado a garrote vil en la cárcel baja de Granada, tras descubrirse ser autor material del crimen de su padre, Antonio Anguita Castillo. Los hechos tuvieron lugar en 1898 cerca del cortijo de Pedernales, término de Moclín. Pero se planearon en Castillo de Locubin. En medio un pleito con el cacique del pueblo, Antonio Castillo Hidalgo, por unas tierras. Aunque no sabemos nada realmente sobre aquel pleito.
Estuvieron implicados su madre María Serafina García y sus tíos Cándido y Miguel.
Escribieron un libro anónimo a finales de la dictadura de Primo de Rivera titulado "El monstruo de Locubín".
Aquellos hechos tuvieron un gran calado mediático en la prensa nacional y demás medios de comunicación.
La escritora Emilia Pardo Bazán, en su defensa del feminismo y en su denuncia contra los asesinatos de mujeres, refirió los sucesos ocurridos en Castillo de Locubín a finales del siglo XIX en la revista La Ilustración artística:


El “mujercidio” siempre debiera reprobarse más que el homicidio. ¿No son los hombres nuestros amos, nuestros protectores, los fuertes los poderosos? El abuso de poder, ¿No es circunstancia agravante?. Cuando matan, a mansalva, a la mujer, ¿No debería exigírseles más estrecha cuenta? Y sin embargo, los anales de la criminalidad abundan en mujercidios, impunes muchas veces, por razones especiosas, mejor dicho, por sofismas que sirven para alentar al crimen. Así como el cura del Castillo de Locubín creía que por ser sacerdote no iría al patíbulo, el hombre, en general, cree vagamente que por ser hombre tiene derecho de vida y muerte sobre la mujer. Los resultados de esta creencia los vemos diariamente. ¿Hasta cuándo durará esta racha de pasión tan últil para los cuchilleros y los armeros que venden revólveres baratos? .


BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES:

Emilia Pardo Bazán, La Ilustración artística. Barcelona. 22 de julio de 1901.

Anónimo, El monstruo de Locubín. Edit. La novela vivida.