lunes, 28 de enero de 2019

Federico Parera en la sultana andaluza. Verano de 1931.



23 de junio de 1931.

Ya estoy aquí de vuelta y profundamente irritado. Brevemente expondré lo que siguió a aquel dichoso día. Papá, una vez pasada la gravedad de Angelita, siguió como antes y tuve que ceder. Era mi padre. En los últimos días apretar las clavijas hasta el gemido y el domingo 21 a la ciudad de los muslimes, a la sultana andaluza. Honda impresión causó en mí la belleza infinita de Granada, la admirable estética de la Gran Vía y más que todo sus mujeres. Altas más bien quizás por la ropa que hace verlas así gráciles pero espirituales, representan el tipo de la mujer tantas veces soñada. Es cierto que los labios sobre todo están recargados y los ojos etc., pero ese es el espíritu del siglo y no veo el por qué de no marchar a su unísono. La ropa larga sabida llevar es lo mejor que se da en una mujer. La melena larga, ondulada, negra o oro y en fin para dejarlo a uno listo; sobre todo Emilia…. y pensar que he sido tan idiota que he estado chalado románticamente por Meles ¡estupidez! ¡atraso! Hay que marchar con el siglo y habiendo mujeres tan estupendas en la capital casarse con una catetica de pueblo sin cultura y educación…. Como dijo Juanito, el tiempo de los poetas pasó. ¡Pasó a la civilización!.

El viaje regular además de una hemorragia nasal el jaleo del cocherón de la Alsina me llevó un dolor de cabeza terrible. Fuimos a visitar a D. Braulio y después de presenciar el desfile de la corrida bajamos al salón y a saludar a Miguelito. Por la noche a Juanito y luego paseando hasta las doce.

Llegados a la fonda-leza con pomposo título “Hotel Comercial” los chinches no me dejaron dormir en toda la noche sino me asaron fue por milagro. Las impresiones no eran muy desconsoladoras, mucho peores que en la universidad y apretando más que un dolor. Ayer- lunes- por la mañana a las nueve estamos citados y a las once en punto se constituyó el tribunal. Tenía gran desasosiego y un poco de susto.

Llamaron y fueron entrando uno a uno sacando bolas y siendo puestos en pupitres solos y dejando uno en medio para que no copiasen. ¡Y Rosales con la Geografía e Historia en la barriga! No era nada la de chuletas que portaba (seamos galicistas); ¡Ni una cocina de Hotel! Nº 95. Sr. Parera y Castillo, D. Federico, oí decir e inmediatamente entré y di la papeleta.

Con asombro oí decir al Secretario: “No se puede V. examinar, el expediente no está aquí, vaya a Secretaría y arréglelo. Me dirijo allí y una vez llegado pregunté por el Secretario. Me contestaron que estaba de exámenes. Entré a las oficinas y resultó que yo no figuraba como alumno libre. El expediente lo hicieron disimuladamente; pero me salta el oficial mayor que faltaba lo acordado sobre la hoja de estudio del Instituto de Jaén. Indignado dije que miraran bien pues creía haberla mandado y además el título que mande para que me lo registraran.

Resultó que no lo estaba. Protesté de que no lo hubieran dicho; pero me contestaron excusándose con las bullas. Insistí en ver al Secretario que fue del mismo criterio del oficial, que me pidiera la hoja de estudio con tiempo para septiembre. Y salí del Instituto ciego, llorando de coraje de ver que al canalla del Secretario y del oficial no podía tentarles la cara… pero papá me hizo comprender a fuerza de tirones que en la calle estaba mejor y luego que un consejo de disciplina sería doble peor que quedarme sin examinar.

Salí renegando, anarquista con deseos de ver arder el Instituto y la chusma de canallas que hay dentro. Fuimos a ver a D. Braulio Tamayo- el director- que nos dijo que no podía oponerse al criterio del secretario dichoso. ¿Es esta la igualdad y la protección al estudiante pobre?

Especies. Yo te invoco anarquismo para poder saborear la venganza placer de dioses para quemar esa madriguera de reptiles ¡Canallas!

Por la tarde el oficial se acercó muy obsequioso haciéndonos ver que con dinero se arreglaba que hoy me hubieran examinado, formándome tribunal a mi solito y suspendiéndome por haberles molestado. Y los muy canallas se acuerdan de eso al examinarme, no al hacer el traslado de matrícula.

Aunque no estoy a propósito quiero bosquejar el tipo de Emilia García Olmedo. No baja ni alta, entre gruesa y delgada, muy rellenita. Morena, ojos negros profundos simpaticones. 19 años sobre chispa más o menos. Estética en la pierna como en el tipo. Simpática. Los labios rojos naturalmente…. Estoy rendidísimo cayéndome de sueño y mañana seguiré cantando.

FEDERICO PARERA CASTILLO. 






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